lunes, 31 de marzo de 2014

Equilibrando nuestras emociones, la importancia de la inteligencia emocional.

  

El equilibrio de nuestras emociones resulta esencial, ya que están presentes en todos los ámbitos de nuestra vida; influyendo constantemente en nuestra conducta y las decisiones que tomamos.

 
  • Inteligencia emocional:

La “Inteligencia emocional” de la que hoy día se habla tanto, es un proceso que resulta de mantener las emociones equilibradas, los excesos emocionales en uno u otro polo son los desencadenantes de los trastornos, las conductas inapropiadas y las decisiones impredecibles que repercuten en el arrepentimiento y el malestar.

Las emociones resultan básicas para nuestro correcto funcionamiento, en todos los aspectos, ya que tienen el poder de repercutir en todas las áreas de nuestra vida. Esto lo corrobora la ciencia, el Neuropsicólogo Antonio Damasio afirma que los estudios revelan que en los casos en los que hay una lesión cerebral en los centros del cerebro que regulan las emociones, estas personas por lo general no son capaces de tomar decisiones racionales, ni llevar a cabo sus tareas diarias.

Cuando las emociones se disparan ya sea en un extremo u otro, es como si les subiéramos el volumen tanto que solo causa ruido y malestar, o le bajamos tanto el volumen que apenas podemos percibirlas; en ambos sentidos no podemos hacer un buen uso de las emociones. La inteligencia emocional consiste en regular estos extremos de manera que se pueda tomar conciencia de ellas, para poderlas comprender, transmitir y expresar.
  • Conectar con las emociones
Lograr equilibrar las emociones, es el paso para poder gestionarlas y utilizarlas a nuestro favor. Filósofos como Thomas Hobbes y David Hume explicaban que: a veces hay que consultar con nuestras emociones más fuertes para tomar las decisiones más racionales. Al estar en conexión con ellas, ante una situación importante en nuestras vidas que no sabemos qué decisión tomar, podríamos preguntarle a nuestro yo futuro: que pasados unos años que lamentaría más no haber hecho. En eso momento podemos hallar la respuesta a lo que queremos realmente hacer. Las emociones pueden servirnos de guía si estamos conectados con ellas.


  • Cómo equilibrar nuestras emociones
El proceso que permite equilibrar nuestras emociones, puede resultar complicado, pero realmente solo requiere de nuestra disposición de cambio, y estar abiertos a la posibilidad de aprender cómo atender a las emociones que experimentamos en cada situación, reconociéndolas, tomando conciencia de dónde se sitúan, cómo nos hacen sentir y de dónde proceden.

Consiste en darse cuenta de los automatismos que empleamos con cada una de las emociones que experimentamos, para poder convertirlos en algo voluntario y decidido. De esta forma tomamos las emociones en nuestro beneficio, y no somos nosotros los que estamos dominados y controlados por ellas. Sin interferir en ellas, sabiendo que están y teniéndolo en cuenta, ya es posible beneficiarnos.

El apoyo psicoterapéutico a través de un servicio profesional y los entrenamientos de Desarrollo humano, abren la posibilidad de aprender a tener un mejor manejo de nuestras emociones que nos permita orientarlas a nuestro crecimiento.

Acude a recibir la ayuda en el Centro de atención psicológica de tu preferencia.
  
 
Bibliografía Consultada:
Rodríguez, B. G., Sánchez, M. P. J., Díaz, M. D. M., & Sánchez, F. J. D. (2010). Psicología de la emoción. Editorial Universitaria Ramón Areces.
 

sábado, 1 de marzo de 2014

¿Quien te ama? La experiencia de la prisión.


Durante poco mas de 15 años que he trabajado en los Centros penitenciarios del Estado de Oaxaca he aprendido muchas cosas, no sólo en el aspecto profesional, sino mejor aún sobre las lecciones que de ese medio he extraído en el aspecto huma...no y que me han hecho mirar de forma diferente la vida.
Una de estas lecciones es acerca del valor del amor:
He mirado a mucha gente que cuando vive el infortunio de caer en prisión durante los primeros días sus familiares, vecinos, "amigos", llegan al por mayor,algunos con un genuino afán de ayudar, otros atraídos mas por la curiosidad.
Expresiones como: "Yo creo en él, porque lo conozco y es incapaz de hacer algo indebido o que dañe a otro ser humano" se dejan escuchar como una forma de negar en ocasiones el error cometido o afianzar la imagen que se tiene del familiar o del amigo.
Al paso del tiempo y conforme el proceso se prolonga la persona se encuentra frente a su realidad, en la compañía solo de sus padres, su pareja, el amigo de toda la vida, uno que otro hermano y los inocentes hijos (que entre mas pequeños mejor entienden de amor, que de juicios)
Si la persona resulta inocente llueven los "yo siempre creí en él"; Si la persona resulta culpable en el proceso la gente que al principio iba y venía motivada por la curiosidad no se aparece mas o lo hace muy rara ocasión. Otros prefieren alejarse por no mirarse "envueltos en problemas".
La lección es contundente:
"Quien ama de forma genuina no es quien apuesta por tu integridad, sino quien, aún sabiéndote culpable se queda a tu lado para ayudarte a levantar."